Llegamos por allá el sábado 9 de febrero, si había gente y bastante, ya saben muchos se van de fin de semana solamente, pero el domingo ya había mucho menos personas en el hotel. Unos cuántos extranjeros y algunos compatriotas por ahi.
Caminé mucho por la playa, me sirvió como para energetizarme, porque ya andaba yo muy estresada y baja de pila. Me encantó, hice mucho ejercicio. Ahora me iré de vacaciones, mínimo cada año. Es necesario de verdad! Uno no puede trabajar tanto...dejas de vivir.
Un hermoso atardecer visto desde la piscina del hotel. Que por cierto.. qué piscina, eh!!! Deliciosa, muy bien cuidada, además de vacía jeje.
El domingo, comiendo en la playa y disfrutando de la vista. Me subí a una acuamoto!!! Son la neta! Lástima que no tengo foto de eso, porque Luna se subió conmigo :P y pues, ni modin, se las debo, pero qué chido es manejar una cosa de esas.
Otra vista de la playa, en la mañanita. ¡Qué rico! ¡Ya quiero regresar!
Otro lugarcito en la playa. Lástima, tenía que regresar a trabajar :P para poderme ir de nuevo! jejeje!
Quiero resaltar el gran trato que tuvimos de parte de todas las personas de Acapulco. Siempre muy amables, serviciales, dispuestos a ayudar. Y gracias también al personal de la Línea de taxis de la Central Papagayo que nos devolvieron una cartera que se nos quedó en el taxi, cuando nos llevaron al hotel... Muchas gracias!!!